jueves, 21 de junio de 2007

Y qué pasó con la magia


Yo crecí con la idea de la magia, los principes y las hadas, los cuentos que me contaron de niña hiceron que pueda dormir tranquila, que creyera en la bondad y que tratara de ser, como en los cuentos, una persona buena. No creo que los cuentos que leí hayan hecho de mí una mala persona, ni que me afectarán para jamás madurar; es más creo que lo mejor que cultive de los cuentos es la fe en las personas, aprendí de los cuentos que hay cosas buenas y que es bueno soñar.
Ahora que mi infancia ha pasado, y veo el mundo en el que crecerán mis hijos, en el que crecen mis hermanos pequeños, mis sobrinos, mis primos. Me doy cuenta que la violencia, la guerra y el miedo se apoderan de ellos, porque todo lo que ven y escuchan es eso: violencia, guerra, miedo. En ese caso es importante que nosotros, quienes crecimos con los cuentos, ayudemos a los más pequeños a crecer en un mundo mejor.

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